Grupo: Faith No More
Álbum: Angel dust
Año: 1992
Género: Thrash/Alternative/Rock
Sello: Slash Records
País: Estados Unidos
Si se diera el caso de que se le encargara a un grupo de personas con aficiones jebilongas la tarea de elaborar una lista individual con la finalidad de citar los que, a su modo de ver, son los discos más influyentes dentro del rock y especialmente el metal en las últimas dos o tres décadas, estoy casi completamente seguro de que en los primeros puestos de la mayoría de las mencionadas listas estaría encaramado el álbum aquí presente. Y es que lo que comenzó en la primera mitad de los ochenta como un grupo de fusión que mezclaba un funk reminiscente a los Red Hot Chili Peppers (de la época, ojo), con el heavy y el thrash que se hacía en aquellos momentos, acabó convertido en una amalgama sonora de difícil digestión. Un cúmulo de influencias apiladas y entremezcladas que en su momento supusieron una revolución musical cuya influencia perdura aún hoy en día en un alto porcentaje de bandas actuales. Esta extraña evolución se produjo, en gran medida, a raíz del ingreso en la banda del excéntrico Mike Patton, proveniente de los extravagantes y por aquel entonces desconocidos Mr. Bungle (grupo que tarde o temprano acabará pasando por este blog), y que venía como sustituto del que hasta entonces había sido vocalista de la banda, Chuck Mosley.
Los californianos despliegan en “Angel dust” un eclecticismo musical sin precedentes, llegando a preguntarte durante la escucha del disco si realmente todo es obra del mismo grupo o si cada canción es de un padre y una madre distintos. Desde el primer tema hasta el último desfilan un sinfín de influencias plasmadas de forma totalmente coherente e integrada, encontrándonos desde fragmentos sacados del disco/funk más afro, hasta riffs de guitarra copiados directamente de los manuales que Metallica deben usar a la hora de componer. Y por si fuera poco, a todo esto hay que sumarle los innovadores registros de Mike Patton. A veces melódico y otras, meramente experimental o ruidoso, es capaz de sorprenderte con un estribillo que parece rendir homenaje al rock primitivo de los cincuenta, como de rapear los versos de las canciones en un acercamiento repentino al hip-hop puramente old school. Vamos, que cuando el disco termina, incluso echas de menos que no se hayan marcado una sardana, o una versión de “¡Ay!, un galán de esta villa”.
Pese a todo, puede tratarse de un disco difícil de asimilar en una única escucha, porque aunque no cuenta principalmente con canciones de estructuras imposibles o un exceso de infumables virtuosismos instrumentales, la variedad sonora es de tal inmensidad que quizá sea necesario dedicarle un tiempo al álbum para conseguir exprimirle todo el jugo que contiene.
Recomendado para... Cualquiera que le guste el metal y el rock alternativo, puesto que nos encontramos ante uno de los discos más influyentes del género. También debe ser una opción a tener en cuenta para todo aquel que disfrute de la música en general, siendo casi imposible aburrirse durante la escucha del álbum.
Los californianos despliegan en “Angel dust” un eclecticismo musical sin precedentes, llegando a preguntarte durante la escucha del disco si realmente todo es obra del mismo grupo o si cada canción es de un padre y una madre distintos. Desde el primer tema hasta el último desfilan un sinfín de influencias plasmadas de forma totalmente coherente e integrada, encontrándonos desde fragmentos sacados del disco/funk más afro, hasta riffs de guitarra copiados directamente de los manuales que Metallica deben usar a la hora de componer. Y por si fuera poco, a todo esto hay que sumarle los innovadores registros de Mike Patton. A veces melódico y otras, meramente experimental o ruidoso, es capaz de sorprenderte con un estribillo que parece rendir homenaje al rock primitivo de los cincuenta, como de rapear los versos de las canciones en un acercamiento repentino al hip-hop puramente old school. Vamos, que cuando el disco termina, incluso echas de menos que no se hayan marcado una sardana, o una versión de “¡Ay!, un galán de esta villa”.
Pese a todo, puede tratarse de un disco difícil de asimilar en una única escucha, porque aunque no cuenta principalmente con canciones de estructuras imposibles o un exceso de infumables virtuosismos instrumentales, la variedad sonora es de tal inmensidad que quizá sea necesario dedicarle un tiempo al álbum para conseguir exprimirle todo el jugo que contiene.
Recomendado para... Cualquiera que le guste el metal y el rock alternativo, puesto que nos encontramos ante uno de los discos más influyentes del género. También debe ser una opción a tener en cuenta para todo aquel que disfrute de la música en general, siendo casi imposible aburrirse durante la escucha del álbum.
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